miércoles, septiembre 27, 2006

EL TREN YA PARTIÓ.

Hace bastante tiempo que lo estabas haciendo, llamabas a mi celular y cortabas cuando iba a contestar. Lo hacías a las horas más increíbles, preferentemente de madrugada, cuando lo único que quería era dormir. Hasta que me cansé y decidí llamar al que me hacía esas pitanzas. Y resultaste ser tú, la misma que aún recuerdo, la que decidió abandonarme, y por la que sufrí una eternidad. La misma que recordé hace un tiempo y hasta un post te escribí. La misma por la que dejé todo, y amé hasta los huesos.
Anoche, volviste a llamar, pero esta vez desde un número que no conocía. Yo contesté pensando que era algo importante. Y te decidiste a hablar...
¡Pero hiciste todo mal!
Me saludaste, me preguntaste si me había olvidado de tí (a esas alturas ya había reconocido tu voz), yo, con intención, pregunté con quién hablaba... ¡¡¡ Y te hiciste pasar por otra persona!!! ¡¡¡Cuando ya te había reconocido!!!. Recuerdo que te dije que por qué no me decías la verdad, que sabía quién eras y para qué seguir con la farsa. Me lo negaste con nerviosismo, el suficiente para darme cuenta que te había descubierto. Me inventaste una excusa que aún no logro entender, y me cortaste, no sin antes decirme que llamarías de nuevo.
No sé si volverás a llamarme después de eso. Y a decir verdad, preferiría que no lo hicieras. ¿Por qué ahora, después de 4 años, quieres saber de mí? ¿Para enterarte de qué? ¿Por qué ahora, si cuando tuviste la oportunidad de tenerme PARA SIEMPRE a tu lado, decidiste alejarme de tí?
Ahora, las cosas son distintas. Me he dado cuenta de todo lo que perdí por jugarme el pellejo por personas como tú. Sinceramente, aún pago el precio de ello. Ahora es mi tiempo de crecer, de jugármela por mí, de estar bien yo, de reencantarme con lo que hago, encontrar mi paz interior, y lo más importante: dejar mi pasado atrás, enterrarlo para siempre y comenzar de nuevo. Y mi pasado eres tú.
El tren ya partió, y yo viajo en primera clase. Esta vez, tú no alcanzaste a subir.

jueves, septiembre 14, 2006

FARANDULITIS.

Anoche jugaba Fernando González con Gisela Dulko v/s Andrea Koch y David Acasuso, en un partido de tenis de exhibición, cuyo objetivo era levantar la imagen alicaída del tenis femenino en el país. Lindo espectáculo, bonita iniciativa, pero lamentablemente, y como suele ocurrir en este país, se le da importancia a cosas que realmente no la tienen, como la relación de Fernando González con Gisela. Fue algo realmente vergonzoso ver cómo el tenista y su pareja tuvieron que salir corriendo "literalmente" una vez terminado el partido, perseguido por decenas de periodistas que sólo deseaban saber cómo iba la relación sentimental de ambos... y de tenis, nada. Yo me pregunto hasta cuándo seguirán con ésto, aquí lo que realmente necesita cobertura y apoyo de todos los medios posibles es EL DEPORTE; aún no entienden que hay un número importante de personas que no les interesa saber si éste se acostó con ésta, o que le puso los cuernos con aquél, o quién es la pareja de turno.
Valoro la actitud de Fernando y Gisela. Si les preguntan de tenis, hablan mucho, dan cátedra sobre el deporte, pero cuando les preguntan por su relación, no hablan, de nada, y con nadie. Eso es lo correcto, los demás no tienen por qué enterarse si están bien o mal, "la ropa sucia se lava en casa". Dejen al tipo tranquilo, él ha dado bastantes alegrías a Chile sólo cumpliendo con su trabajo, que es jugar bien al tenis. El resto, su vida privada, es eso, privada. Lamentablemente, lo que vende es el morbo, la curiosidad, vulgarmente "el cahuineo". Pero más lamentable es que muchos deportistas han entrado al juego, y por culpa de ellos es que el resto de los mortales tenemos que soportar una invasión de programas-basura, léase SQP y tantos otros (cito aquél por ser el primero que se me viene a la mente), donde lo importante es que la polola de un futbolista hizo un topless en la tele; que la mujer de otro futbolista le declara la guerra a otro futbolista por lo que éste dijo; y mucho antes, que dos mujeres se agarran de las mechas por un futbolista ya retirado... en fin, la lista es para no acabar.
Hace poco se efectuó una nueva versión del "Orlando Guaita", campeonato internacional de atletismo que se celebra en Santiago, en el estadio nacional, todos los años. ¿No lo supieron? No pues, ya que la prensa se dedica a dar importancia a este tipo de cosas en vez de apoyar al deporte, en todas sus expresiones. Y lo más triste es que esto no tiene intención de acabar. Así, Chile nunca logrará generar deportistas de élite, porque, claro está, los ojos están puestos en otras cosas.
Por eso me quedo con el deportista anónimo, aquél que sale a trotar diariamente por las calles, sorteando a los automovilistas para que no lo atropellen; con el tipo que después del trabajo, en lugar de ir a emborracharse al tugurio más cercano, se va a los entrenamientos del club del barrio; con la chica que sale a trotar por el parque y debe aguantar las miradas y comentarios libidinosos de los "jotes" que se le cruzan; con los muchachos que el 22 de septiembre próximo representarán a Chile en el campeonato mundial de Fútbol, de los "Sin Techo", en Sudáfrica; con mis alumnos que se juntan a entrenar los fines de semana, para mejorar en el Wushu (nadie me lo contó, yo mismo lo ví, y sin querer). En fin, ejemplos anónimos hay muchos, pero el enfoque es distinto: ellos sí se dedican al deporte por pasión, ellos sí mojan la camiseta, ellos sí saben que los importante es entrenar y nada más que eso. Ellos están lejos de las luces de las cámaras. Y es mejor así. Es muy posible, que en ellos realmente esté el futuro del deporte chileno. Y a ellos debemos poner atención.

miércoles, septiembre 13, 2006

ESAS VIEJAS CANCIONES II.

Era la primavera del verso pálido
De mis años de promesas y desengaño
Cuando comprendí que había llegado
El momento de alejarme de mi pasado

Un domingo de abril tomé coraje
Y me marché dejando mi mejor traje
A verme con la vida cara a cara
A conocer el mundo de madrugada

Yo quería ser mayor
Quería ser mayor
Quería ser un hombre habilitado
Yo quería ser mayor
Quería ser mayor
Y ya no ser un niño malhumorado

La gente me ha enseñado a ser discreto
Sereno, complaciente, equilibrado
A cambio de mis sueños me han dejado
Un sitio para el vicio y el pecado

Yo quería ser mayor
Quería ser mayor
Quería ser un hombre habilitado
Yo quería ser mayor
Quería ser mayor
Y ya no ser un niño malhumorado

Ya no quiero ser mayor
No quiero ser mayor
No quiero ser un hombre domesticado
Yo no quiero ser mayor
No quiero ser mayor
Prefiero ser un niño enamorado.

Yo quería ser mayor
Quería ser mayor
Quería ser un hombre habilitado
Ya no quiero ser mayor
No quiero ser mayor
Prefiero ser un niño enamorado
("Yo quería ser mayor", Roque Navaja)

lunes, septiembre 11, 2006

UNA FECHA COMPLICADA.

Siempre muestran en las noticias el 11 de septiembre como una fecha complicada, de desórdenes, protestas, vandalismo exacerbado, y quizás cuánto más. Pero se deja de lado los hechos que marcaron al país para siempre, las personas que perecieron injustamente, los abusos, las torturas, en un intento por querer imponer las ideas a cualquier costo. Y el costo fue demasiado alto.
Aún se habla de "diferencias irreconciliables", aún existe el "ni perdón ni olvido". Pero esa forma de sentir no hace más que seguir cegándonos, lo que en definitiva nos aleja más como personas. Lo que realmente deberíamos hacer es abrir una puerta al diálogo, aunque seamos de ideas distintas. Escuchar al otro, con respeto, porque quizás tiene otra visión de las cosas. Si bien es cierto que mucha gente inocente pagó caro el precio por pensar distinto, también hay que pensar que hay familias de uniformados que también sufren con esta fecha, ya sea porque descubrieron que el padre o un cercano participó en torturas o asesinó, o porque perdieron a un familiar en los enfrentamientos con manifestantes. También hubo uniformados que no estuvieron de acuerdo, y fueron fusilados por sus compañeros. Yo soy de tendencia izquierdista, pero antes que toda ideología soy persona, un ser humano, y creo entender el sufrimiento de ambas partes. Hace unos días tuve una larga conversación con una persona simpatizante del régimen militar, y, después de contar nuestras respectivas vivencias y visiones del período, llegamos a la conclusión de que, en resumidas cuentas, nadie ganó. Ni los de derecha ni los de izquierda. Todos perdimos. Se perdieron ideales. Se perdieron vidas, de ambas partes. Por eso creo que, los que verdaderamente saben el significado de esta fecha, lo único que desean es que cosas como las que sucedieron, nunca más vuelvan a repetirse, que se conmemore pero en paz.
Por eso detesto ver que cada año los mismos "flaites" de siempre hagan desórdenes, rompan, destruyan, roben, etc, y ni siquiera tienen idea de qué pasó realmente un 11 de septiembre de 1973. Aunque, claro está, ni siquiera deben conocer la fecha.

miércoles, septiembre 06, 2006

ESAS VIEJAS CANCIONES.

A veces me sucede que el sistema me atrapa y no me deja poner atención a otra cosa que no sea el correr de aquí para allá, la tensión, el tráfico, el stress, etc. Sin embargo, la vida te da sorpresas, más bien chispazos, que te sirven para conectarte contigo mismo, en el lugar más insólito. A mí me sucedió arriba de una micro (de las amarillas, sí aún quedan), donde le "puse oreja" a una canción que iba escuchando el chofer. Y mientras ponía atención a la letra, pensaba en cuantas "viejas canciones" buenísimas existían y yo nunca les había prestado atención, cuántos mensajes e historias podían plasmarse en tan sólo unos minutos de duración. Música que te envuelve y letras que te pueden hacer reflexionar con los temas más profundos, "todo arriba de una micro". A veces es necesario parar y darse un tiempo sólo para escuchar; a veces ni siquiera es necesario parar, sólo estar algo más atento, con los sentidos y el corazón un poquito abiertos.

Creo en el Padre y en el hombre, pero no creo en el mar
en las mareas sobreviven las ballenas con radar
hay una niña que hoy empieza con muñecas a jugar
desde el cielo la vigila una estrella de metal...
Por qué a la luna se la juegan como en mesa de billar
unos arriba otros abajo, nadie quiere la mitad
y de qué lado quedaremos cuando llegue el final?
éntrate niña que allá afuera, el invierno va a llegar...
Un marinero llamado Colón viajó de la noche al sol
un astronauta que ayer jubiló
se sienta en la plaza, su tiempo se escapa
del cielo lo mira un gorrión
En la mitad de este viaje hoy me pongo a pensar
la diferencia es tan grande entre un sueño y la verdad...
allá en lo alto está volando el valiente Superman
más abajo un campesino busca tierra pa' sembrar.
Creo en el Padre y en el hombre, pero creo más en tí
siento que existe un horizonte que comienza en tu jardín
allá en tu patio hay una niña que hoy empieza a caminar
por qué la noche se hace corta cuando aún quiero soñar...?

(Agualuna, Fernando Ubiergo)