Ya han pasado varias horas desde que se inició el año 2008, el cual fue recibido por más "sosiego" que euforia. Aunque a decir verdad, ni yo ni ningún integrante de mi familia nos caracterizamos por esa especial euforia con que la mayoría de los mortales recibe un nuevo año. Creo que la tranquilidad es un bien bastante preciado, al menos para mí, y al parecer, para el resto de mi familia también.
2007 ya quedó atrás, con todo lo bueno y lo malo que pudo tener. Aunque para mí, el año había terminado un mes antes, exactamente el 25 de noviembre de 2007, el día que me luxé el codo izquierdo (pa' los que no cachan: luxación: cuando uno de los huesos que se unen en una articulación "se sale de su lugar", producto de un trauma, llámese golpe fuerte o caída. Imagine su codo doblado "hacia el otro lado", después de caer, y hágase una idea del dolor), compitiendo en el Torneo nacional de Wushu. Y digo que se terminó, porque todas mis actividades giran en torno a las clases de actividad física. Así que, bastante disminuído, bien poco podía hacer, salvo masticar mi mala suerte y resignarme ahora a postergar toda la planificación deportiva, hasta recuperarme por completo. Al menos ya comencé con la terapia de rehabilitación y he recuperado bastante movilidad, pero aún falta mucho... según el kinesiólogo, la recuperación va bien; sin embargo me explicó que es posible que quede con algún grado de limitación en el rango de movimiento articular... o sea que no podría quedar con la misma libertad de movimiento que antes. Si bien es relativo, ya que haber hecho deporte durante tantos años me favorecía, lo común es que en casos de luxación suceda eso. Y la guinda de la torta, es que para quedar "al 100 por ciento", como él dice, deberán pasar alrededor de 6 a 8 meses, tiempo que demora más o menos la cicatrización de ligamentos y estructuras más finas.
No quiero angustiarme, ya que, como él dice, "hay que darle tiempo" al asunto. Pero sería complicado quedar con algún grado de limitación... ya por el sólo hecho de estar lesionado te sientes limitado. En fin, así me tocó recibir el 2008, postergando todo "para más adelante".
En lo personal, recibo este año lleno de incertidumbres, ya que aún hay temas "en el aire", como el aspecto laboral, que si bien mejoró y se abrieron algunas posibilidades que ayudaron a sobrellevar el 2007 de mejor manera, aún no se concreta del todo. Espero que la cosa mejore y al menos pueda quedar haciendo clases de educación fisica en algún colegio. Mi lesión además complica más el asunto, ya que si tengo suerte, y encuentro trabajo de profesor, debo estar "operativo" a marzo del 2008.
En lo deportivo estoy en el aire, mi lesión postergó todo, y a decir verdad, ahora ya no sé si podré volver a competir con la misma seguridad de antes. A veces siento que voy "en bajada", y que quizás ya no logré llegar a los niveles que una vez me planteé. Tengo las ganas, pero tal vez el cuerpo no me responda. No es lo mismo lesionarse a los 15 por ejemplo, que a los 30 años, el organismo siente el golpe y cuesta más recuperarse. Haciendo un recuento: en 15 años de entrenamiento y competición en artes marciales, sumo 4 esguinces de tobillo (1 grave); 3 desgarros de isquiotibiales (2 en la misma pierna; 1 desgarro de cuádriceps; tendinitis varias; 1 esguince de rodilla, dolor persistente de espalda; un pellizcamiento en el nervio ciático... y ahora una luxación de codo. (Bien dicen que el deporte de competición no es salud).
Quizás lo último sea el aviso de algo más grande... y no deseo tentar a la suerte. Mal que mal, mi cuerpo es mi herramienta de trabajo (aunque suene feo), y debe estar en óptimas condiciones, para poder desarrollar mis clases correctamente.
Por todo lo anterior, estoy pensando seriamente cambiar de "switch" y dedicarme a la enseñanza a tiempo completo; seguir entrenando de igual forma, pero ya no para competir, sino sólo para mantenerme en buen estado físico, y canalizar mi experiencia en la enseñanza del Wushu y las artes marciales chinas.
Y más en lo personal, me encuentro más tranquilo. Más consciente y seguro de lo quiero. Pero por sobre todo, más seguro de lo que NO quiero. Más reconciliado conmigo mismo, ya que entendí que hay cosas que escapan a tu control, que no todo puede ser culpa tuya. Entendiendo y aceptando cada uno de mis defectos.
En fin, espero que éste año que ya comenzó pueda traer cosas buenas y brinde la oportunidad de concretar lo que aún está pendiente.