Fueron sólo 3 palabras las que pronuncié ese día, las cuales nunca pensé que saldrían de mi boca.
3 palabras, que durante mucho tiempo estuvieron vedadas de mi vocabulario, porque no me convencían totalmente, porque no quería renunciar a mi estilo de vida, pero principalmente, porque no creía en ellas.
Eso... hasta que nuestros caminos se cruzaron, y desde ahí nada fue igual. Porque cambiaste totalmente mi percepción sobre las cosas.
Porque, no me preguntes cómo, sé que eres la persona con quien deseo estar.
Sólo 3 palabras:
¿Quieres casarte conmigo?
Y tú aceptaste.