Sábado por la noche, y nuevamente estoy haciendo zapping por el cable. Sin querer, me encontré con una película donde actuaba Scarlett Johansson, así que sin más me dediqué a verla. Como ya saben, mi interés principal es verla a ELLA, pero la película en sí era bastante buena. No recuerdo el nombre, porque la agarré cuando ya había empezado, pero la trama tenía que ver con el tema de los refugiados e inmigrantes. También actuaba Natasja Kinski (hacía de la madre-americana-adoptiva del personaje de Scarlett, quién había huído con su abuela desde Europa del Este hacia Estados Unidos, a causa de la guerra. O algo así).
Estaba en eso, cuando me preguntaba por qué ésta mujer en particular me atrae tanto. Por qué no puedo dejar de mirar sus facciones, sus expresiones, su mirada... hasta las margaritas que se le hacen cuando sonríe.
Me preguntaba una y otra vez, por qué ésa mujer me embruja de sobremanera.
Hasta que me llegó la respuesta: en una escena de tantas, ella sonrió. Y resultó, que ella es idéntica a TI. Sus expresiones, su mirada, sus ojos, su cuerpo...
A tí, a quien quise hasta el dolor. A quién habría acompañado hasta el fin de mis días. A quien entregué todo cuanto me fue posible. Por quien renuncié a todo.
A tí, a quien amé con todas mis fuerzas.
Sólo que no contaba con que tu amor se acabaría.
Es evidente que los años no han sabido borrar tu recuerdo. Y aunque crea de un momento a otro que eso sí sucederá, cosas como ésta, como verte retratada en otra persona, me seguirán recordándote. Y recordándome cómo me sentía en aquellos momentos, cuando creía que caminaríamos juntos por la vida, hasta el fin de nuestros días.
Nunca volví a sentirme igual, con ninguna persona.
Hoy trato de vivir el presente, concretando las cosas que aún están pendientes en mi vida.
Pero, de vez en cuando, el pasado vuelve hasta mi. Y ése pasado eres tú.
Y cuando sucede, surge la pregunta del millón:
¿Qué hubiese pasado si...?