miércoles, mayo 23, 2007

ALGUIEN TE MIRA


Más allá del ser el título de la nueva teleserie nocturna de TVN (la cual no veo, aclaro), la frase que la identifica da para pensar...
En verdad ¿alguien te mira?
Pues, yo creo que sí. Y ni siquiera lo imaginamos. Pero no siempre esta "mirada-invasión" guarda oscuros propósitos, sino que es algo más simple de lo se puede pensar: nos miran, porque llamamos la atención de alguna manera; por nuestro aspecto exterior; por la forma en que nos expresamos; por nuestro trabajo; por la manera de enfrentar la vida; por lo que somos capaces de hacer... hasta miradas más superficiales como por ejemplo el tipo de ropa que acostumbramos usar. Todo puede ser atractivo para el resto.
Está claro que la mayoría de nosotros no andamos preocupados de saber si nos observan o no, ya que cada uno está inmerso en su propio mundo. Sin embargo, recuerdo que hace unos años atrás una persona reconoció que me observaba. Era una compañera de universidad, llamada Jessica. En los 5 años de carrera, quizás habré hablado con ella en dos o tres ocasiones, no por tener algo en su contra, sino por mi habitual deseo de mantener un bajo perfil, lo más alejado posible de las multitudes. Y fue justamente eso lo que llamó su atención, según me explicó:
- "Yo siempre te miro. Y también te admiro" - dijo aquella vez.
- "¿Me admiras? ¿A mí?" - pregunté sorprendido por tamaña confesión.
- "Si. Te miro que siempre estás solo. Que siempre estás preocupado de entrenar y mejorar tus artes marciales. Y te admiro por eso, porque tú sí puedes estar solo, no como el resto de nuestros compañeros que no pueden estar bien si no están con gente alrededor; que mientras ellos piensan en el carrete de turno, tu estás aquí, como ahora, entrenando, cuando ya todos se han ido. Te admiro porque contigo se puede conversar de verdad, sobre temas profundos, no como los demás que sólo hablan superficialidades."
- "No sé que decir... nunca pensé que alguien me mirara. Y menos que me admirara. Sólo trato de hacer lo que yo creo que está bien"- fue lo único que atiné a decir, aún perplejo.
Este episodio sucedió poco antes de terminar mi carrera de Ed. Física. Fue algo totalmente inesperado. Pero, lejos de generar algún tipo de vínculo entre ella y yo, las cosas siguieron absolutamente iguales: yo en lo mío, y alejado del resto, y ella en lo suyo. Ninguno de los dos se acercó más al otro.
Sin embargo, hasta el día de hoy guardo en mis recuerdos esas palabras, por su profundo significado. Y porque nunca creí que mi desempeño era notado por alguien.
Después de esto, cabe preguntarse, ¿Alguien te mira?
Claro que sí. Pero no siempre es con oscuras intenciones. Y dejando de lado la paranoia y el morbo, quizás en estos momentos alguien te está mirando... pero porque tal vez tú mismo eres un ejemplo, un modelo a seguir para esa persona.

lunes, mayo 14, 2007

SALTIMBANQUIS

Podemos verlos en la mayoría de las esquinas y semáforos del sector sur de Santiago: niños pequeños, haciendo todo tipo de acrobacias frente a los automovilistas, para ganar un poco de dinero. Niños pobres, buscando una forma de subsistir.
Uno los ve y se pregunta: ¿dónde están los padres de éstos niños?
Pues, simplemente NO ESTÁN.
A veces pienso en todo lo que hay detrás de una realidad como esa: abandono, posible maltrato físico y psicológico, hambre y quizás cuántas cosas más. Y me pregunto también para qué gente con necesidades graves, traen niños al mundo, si no van a ser capaces de brindarles lo mínimo, que es techo, comida y educación.
¿Qué se puede esperar de un niño así? Pues, lo más seguro, es que termine delinquiendo, en drogas o algo peor. Pero lo más triste de este cuento, es que el niño, en sí, no es culpable, sino una víctima de "lo que le tocó vivir". De hecho, él ni siquiera pidió venir a este mundo. Entonces, está pagando los platos rotos que rompieron sus padres.
Padres ausentes. Son cientos los casos en que los padres prefieren enviar al chico a la calle, todo el día, para que no los "hinche" en la casa. Todo lo que aprende el niño se lo enseña la calle; y ahí no se aprenden valores, ni respeto ni nada por el estilo. En la calle, sólo sobrevive el más fuerte.
Como paradoja, la mayoría de éstos niños ama a sus padres...
" A veces Dios le da pan a quien no tiene dientes".