VOLVER AL ORIGEN

Suele suceder que cuando estamos entrenando en un deporte, cualquiera que éste sea, nos preocupamos netamente del aspecto competitivo: en mi deporte, el wushu, está que el torneo, la exhibición, el campeonato, etc, etc. Competimos con nosotros mismos para superarnos, entrenamos a concho, sudamos la gota gorda... y también competimos contra los demás, porque queremos ser mejores, porque en el deporte competitivo una pequeña diferencia puede separarte de los primeros lugares. Es simple: si no entrenas y no te sacas la mugre, no puedes mejorar, mucho menos ganar.
Y en esta vorágine dejamos de lado el deporte como medio para mejorar la calidad de vida, el deporte sin ninguna otra razón que sólo pasarlo bien, desconectarse, compartir...
Hoy salí a correr, sin ningún otro objetivo que sentir mi cuerpo en movimiento, el calor del sol, el aire sobre el rostro, observar el verde de los árboles, divagar con la mente, pensar en nada... y en todo al mismo tiempo. Salí a correr sólo por el gusto de hacerlo. Y fue espectacular. Algo tan simple, me trajo una tranquilidad infinita. Al terminar, no estaba cansado, sino más lúcido, fresco, incluso más contento.
De vez en cuando es bueno volver al origen. Dejar atrás por un momento el estrés de la competición, para sentir el placer del ejercicio sólo porque sí, conectarse con el cuerpo, las sensaciones, el movimiento. Es sólo sentir que estás vivo.