Durante este mes, debido a mi lesión (tendinitis rotuliana), no he podido entrenar, por lo cual estoy con "vacaciones obligadas", se podría decir.
Sin embargo, he aprovechado el tiempo en rescatar algunas viejas y buenas amistades del olvido, y salir. Salir mucho, a veces sin rumbo fijo. Caminar donde me lleven mis pies. Caminar la mayor parte del día, descubrir nuevos lugares, comer cuando me da hambre y lo que se me ocurra... desconectarme de todo y ser libre.
Pues bien, ayer me junté con un amigo de la universidad que está trabajando acá en Santiago. Fuimos compañeros del equipo universitario de Taekwondo, y la última vez que nos habíamos visto fue hace ya unos años. Gracias a Facebook, nos encontramos otra vez y se dió la instancia para juntarse y recordar "viejos y buenos tiempos".
Fuimos a comer pizza a un local, y mientras recordábamos viejas andanzas, caímos en la cuenta de lo rápido que pasa el tiempo, y en cómo van cambiando las cosas; haciendo memoria, todos los del antiguo grupo o están casados con hijos, o en pareja, con otros rumbos. Y nos dimos cuenta que los únicos que van quedando solteros éramos nosotros dos.
Bueno, nos contamos nuestras respectivas experiencias en asuntos del corazón, y me confesó que también había estado a punto de casarse, con una novia con la que estuvo durante 7 años, pero que al final la distancia y las cosas de la vida habían hecho que el asunto no llegara a buen término.
Luego de eso, me comentó que había estado con otras chicas, pero que en cierta ocasión, asistiendo al matrimonio de un amigo, se comenzó a preguntar en cómo habrían sido las cosas si realmente hubiera funcionado su relación anterior, que quizás todavía habrían estado juntos y quizás hasta se habrían casado. Y ahí se había dado cuenta, según sus propias palabras, que "no había cerrado el ciclo".
Mientras me contaba eso, le brillaban los ojos. Yo sólo lo escuchaba en silencio... y se me vino a la mente la canción "volverte a ver", de Alex Syntec.
Luego, me comentó que al día siguiente, agarró su auto y partió a encontrar a su ex novia, que estaba radicada en el sur... fue totalmente a la aventura, sin mucha información de su paradero, arriesgándose a no encontrarla. Llegó al lugar, y para su suerte, aún trabajaba en la misma empresa. Pidió verla... y se encontraron. Ella, con cara de ¿y tú qué haces aquí?, totalmente sorprendida, y él, con un nudo en el estómago.
Al final se juntaron, ella lo invitó a su casa a tomar once... y hablaron. Hablaron por horas, aclararon temas inconclusos, se dijeron todo lo que tenían que decirse.
"Fue raro", me dijo. "Sentí que, a pesar del tiempo, nada había cambiado. Que todo era igual. Pero ella ya tenía su cuento armado allá"
No me quedó claro si ese "cuento armado", se refería otra pareja, familia, etc. Pero no quise indagar en el tema, no lo creí oportuno.
Después de eso, lo noté visiblemente emotivo, pero lo disimuló bien. Le dije que rescatara el hecho de haber tenido la oportunidad de decirle todo lo que no le dijo en su momento, y que con eso ya podía estar más tranquilo consigo mismo. "Sí, eso es lo importante" me recalcó.
Salimos del local, y comenzamos a caminar en dirección a su depto., ya hablando cualquier estupidez que nos hiciera reír.
Pero me quedó grabada esa conversación. Y me dio pena ver a mi amigo así. Sé lo que es "quedarse pegado", y de verdad que es algo que te afecta demasiado. Afortunadamente es algo que ya pasé, y dejé atrás definitivamente, pero puedo entender perfectamente todo lo que debe estar pasando este muchacho. Y es triste.
Pucha amigo, no sé si leerás esto, pero deseo de corazón que puedas resolver ese capítulo de tu vida, y que el tiempo se encargue de ir dando las respuestas que aún te faltan por encontrar.